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En las tribunas, ganamos siempre por afano.
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Fútbol
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6/3/2011
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Volver a fallar
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Lanús perdió el partido lugareño por 2 a 1. Lidió con importantes errores propios a la hora de plantear el juego, además de ser perjudicado notoriamente por un arbitraje lamentable de Lousteau.
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Intentar hacer la columna de hoy es bastante complicado, porque más alla de los 3 puntos que se perdieron, volverse a encontrar con la misma pelÃcula que hace un tiempo largo ya, un poco que molesta. Que si es una guerra o no, no viene al caso. Pero que se renuncie en actitud, que no se agoten todas las posibilidades, que no se apriete el acelerador a fondo es alguna de las causas. Y esto no es cuestión de poner la pierna fuerte. Fibra de esa hubo. Faltó actitud para pedirla, para desmarcarse y mostrarse como opción de pase y sobre todas las cosas, para planificar el partido.
Se puede ser elegante o pragmático. Se puede practicar el fútbol que practicarÃa cualquier equipo que juega en la liga de primero de mayo o intentar jugar a algo más y poner la pelota al piso. Lo ideal, es conocer las limitaciones, los pro y los contra de cada uno y, en base de eso, pensar como ganar un partido. En eso, Banfield nos saca la misma ventaja que les sacamos en las tribunas. Sideral. Conoce sus limitaciones y se mueve de acuerdo a ellas. Propone su receta, horrible para cualquier paladar granate, pero la impone. Enfrente, Lanús sabe que la suya es otra, pero lejos de apostar a esa, prefiere un hÃbrido, le quita fútbol a su propuesta en pos de una variante más conservadora y sobre todas las cosas, anula sus laterales, poniendo a un central de lateral derecho y a un excelente lateral derecho por la punta izquierda. Entonces no hace ni una cosa ni la otra. Ni va a la guerra, ni lo gana con fútbol ya desde el vamos, anulándose a si mismo la salida contra un equipo que contó además con la inefable colaboración del árbitro al hacer patear por segunda vez un penal legÃtimamente atajado por Caranta. Esa incidencia abrió el partido y favoreció a Banfield a la hora de esperar y ejecutar su libreto.
Lanús arrimó pero fue todo muy poco y además contó a lo largo del partido con muy poca fortuna y tuvo que fumarse un arbitraje vergonzoso en su contra. Careció de ideas a la hora de romper la propuesta que impusieron los dueños de casa (local es una palabra que te queda muy grande pechofrio). Ledesma intentó cambiar un poco el panorama y las pidió absolutamente todas pero no encontró a los socios habituales. El partido se jugaba en un margen muy chico del campo, el cual Banfield lo pobló de jugadores. Lanús nunca pudo romper esa telaraña, ni siquiera desde el banco se le cayó una idea como para vulnerar el planteo rival.
Banfield avisaba con alguna contra y la tercera fue letal. Poco importó el tiro libre de Regueiro. El orgullo de ser Granate no se mancha por la actuación de 11 profesionales que ocasionalmente vistan la gloriosa y más hermosa casaca. Lanús está mucho más alla de eso y su gente asà lo expresó.
A la hora de encontrar puntos a mejorar, sobran opciones por donde empezar. El modelo que tiene Lanús con técnicos made in casa impone ciertos riesgos como los que se están corriendo. Básicamente la experiencia se hace al andar y lo que se pueda aprender, quizás se vea reflejado con el tiempo. Desde el vamos, tácticamente, otra vez, Lanús lo perdió claramente. Nunca tuvo ideas de cómo imponer su propuesta. Se autocensuró por los costados, no apostó ni al fútbol ni a la pierna fuerte. No fue ni chicha ni limonada y pareció que con un poco más de ambición y estrategia, al menos agotaba sus chances. AsÃ, de la manera en que lo planteó, deja una sensación en el aire de que no se hizo todo lo necesario. Si a este equipo le sobra fútbol, qué mejor oportunidad que este partido para demostrarlo. En ese sentido, la materia sigue previa y van ya unos cuantos recuperatorios donde el equipo manca.
El arbitraje vergonzoso de Lousteau es otro gran punto. No solo la payasada de repetir el penal, sino el que omitió darle a Lanús, además de las divididas verlas todas a favor de los dueños de casa. Parece que últimamente las cosas no se están haciendo del todo bien en la calle Viamonte. Al menos, los últimos arbitrajes parecen ir en esa sintonÃa. Si alguna vez nos respetaron mÃnimamente, por recuperar eso deberá trabajar ardua y urgentemente la dirigencia. Habrá que dejar diferencias de lado si es que las hay y enviar a los mejores a cumplir con esa misión. Laburo siempre sobra en el Club, nadie se va a quedar con los brazos cruzados si hay que barajar y dar de nuevo a la hora de asignar funciones.
En cuanto a la gente, lo de la hinchada Granate fue verdaderamente descomunal. El plantel sÃn dudas que esta en deuda con su parcialidad y por lo demostrado en estos cuatro partidos, difÃcilmente la salde con un campeonato. Habrá que volver a esperar la oportunidad y, de una vez por todas, no volver a fallar.
Por Arthur Anderesen
PD: Podés tirar 25 pingüinos al campo. Tuviste que ganar solo dos partidos en tu historia y perdiste los dos (’51 y ’09). Eso es ser bien pechofrio. Ninguna paternidad lo va a tapar.
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